Apéndice 2. Sociedades Científicas
Mara Curie con algunos de los asistentes al Congreso Internacional de Fsica«ES cosa que no puede menos de halagar a todo amante del progreso racional el ver cómo, a la par de los asombrosos descubrimientos de las ciencias, que a porfía se sacan a la luz, van creciendo los conatos de los físicos y naturalistas más eminentes para convertir en bien o propiedad común, por medio de una exposición comprehensible y estética, los bellos productos de las investigaciones científicas.» Estas palabras de Antonio Bergnes de las Casas abren la introducción con que da comienzo el tomo I de La Abeja, Revista Científica y Literaria Ilustrada publicada en Barcelona en 1862 por una sociedad literaria, y a través de ellas podemos vislumbrar las motivaciones e intenciones que originaron todo ese amplio proceso de publicaciones y asociaciones científicas que se expanden a lo largo, principalmente, de la segunda mitad del siglo XIX. Pero, en realidad, ello no es un fenómeno que pueda quedar...
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