Capítulo III: En la cocina

10/07/2013 665 Palabras

Como los prados están tan apetitosos para los ganados, la carne de este mes es la mejor del año. La vaca y el carnero hacen honor a su alto renombre. Todavía hay fresa abundante, y las cerezas entran enredadas unas en otras, porque no les gusta ir solas; que bien se conoce su cortedad de genio en el vivo rubor que enciende sus mejillas. Las uvas y melones no vienen aún; pero Toledo nos manda sabrosos albaricoques. Los guisantes, los rabanitos y las alcachofas se presentan en la Plaza todos los días, acompañados de algún espárrago tardío, que pide mil perdones por no haber venido antes. Los pollos nuevos, que hasta ahora no servían más que para guisados, entran, y con mucha urbanidad nos piden que los asemos con setas. Galantemente recomiendan, previa presentación, a sus primos los patitos y a sus parientes las palomas silvestres. Un caballero, un prócer, un lord, aparece, sombrero en mano, suplicando que lo metan de una...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info