Cristóbal Colón (Luis Arturo Ramos)
Cristóbal Colón mira la placa verdosa y reverberante que se dilata alrededor del bajel. Sus ojos alucinados por la espera rebotan entre el acero del mar y la mica transparente del cielo. Los marineros han dado en decir que tiene la mirada triste de los locos. Mientras, el sol lanza rayos amarillos que se multiplican hasta el infinito en la superficie apretada del océano. Cristóbal Colón abandona la proa de la nave para encararse con los ojos de los marineros. Docenas de rostros enmarcados por barbas grises, sucias ya por el polvo del mar. El suave bamboleo de las carabelas, el chirriar del maderamen y un sol de fierro oxidado, entorpece cuerpos y pensamientos. No hay viento: las velas penden de los mástiles, fláccidas como pellejos de anciano. No existe nada más allá del mascarón de proa, a no ser otra placa verdosa más extensa y solemne que ésta que ahora mira. Un mar que se eterniza en su pasividad, que parece va a romperse en mil fragmentos agudos de tan liso. La...
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