La de Bringas: 22

05/08/2010 2.487 Palabras

XXII(La de Bringas) de Benito Pérez Galdós Animábase mucho, porque cuando se alzaba un poquito la venda, contraviniendo las órdenes del médico, percibía la luz, aunque con impresión turbada y dolorosa. Como quiera que fuese, tenía el convencimiento de que el órgano no estaba perdido y de que más tarde o temprano recobraría el uso de aquella función preciosísima. El cosquilleo le molestaba mucho y también la visión calenturienta de millares de puntos luminosos o de tenues rayos metálicos, movibles, fugaces, imágenes de los malditos y nunca bien execrados pelos que conservaba la enferma retina. Con todo, llevaba mi hombre su mal resignadamente, y lo que pedía por Dios era que le sacaran del lecho; pues era para él grandísimo suplicio estar tendido boca arriba, revuelto entre las sábanas ardientes. Permitiole el médico levantarse de la cama a los tres días, mas con orden terminante de no moverse de un sillón y estarse quieto y mudo, indiferente a todo y sin...

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