Las mil y una noches:839
Las mil y una noches - Tomo V pero cuando llego la 870ª noche de Anónimo PERO CUANDO LLEGO LA 870ª NOCHE Ella dijo: "... Quiero creer que esta vez no guardarás esa suma en tu turbante". Y cuando ya le cogía yo las manos para llevármelas a los labios, me dejó y se fué con su amigo. Por lo que a mí respecta, no reanudé mi trabajo cuando se marcharon, y me apresuré a cerrar la tienda y a entrar en casa, sabiendo que a aquella hora no encontraría allí a mi mujer ni a los niños. Y puse aparte diez dinares de oro de los doscientos, y envolví los otros ciento noventa en un lienzo, atándolo. Y ya sólo me quedaba dar con un lugar seguro para esconder aquel dinero. Así es que, después de haber reflexionado mucho tiempo, se me ocurrió meterlo en el fondo de una cuba llena de salvado, donde me imaginaba con razón que nadie pensaría en ir a buscarlo. Y tras de colocar otra vez la cuba en su rincón, salí mientras mi mujer entraba a preparar la comida. Y dejándola...
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