Pruebas nucleares
Introducción Las enormes posibilidades de la energía atómica en sus diversas aplicaciones pacíficas están en contradicción con las pruebas nucleares que perjudican las negociaciones mundiales para la paz y conducen a catástrofes ecológicas. Hasta la década de los setenta un ensayo nuclear constituía un claro indicio de que un país había adquirido la capacidad de construir armas nucleares. En la actualidad se pueden fabricar artefactos fiables sin la necesidad de probarlos, aunque podrían ser utilizados para la mejora de los diseños de las bombas o el inicio de su producción en grandes cantidades. La primera explosión nuclear la realizó el Gobierno de Estados Unidos en Alamo Gordo (Nuevo México) en 1945. Desde entonces se han registrado en el mundo durante el siglo XX un total de 2.059 pruebas nucleares, incluyendo aquellas con fines pacíficos. Estados Unidos ha efectuado 1.032, la ex Unión Soviética 715, Francia 210, Reino Unido 45, China 45, India 6 y Pakistán 6. Aparte de las potencias nucleares reconocidas, existen una serie de países emergentes que cuentan con un previsible arsenal atómico para consolidar sus aspiraciones de influencia. Las cifras son estimativas ya que el resultado final depende de sí se contabilizan los intentos fallidos o se establecen diferencias entre explosiones y pruebas. En el Protocolo de 1990 del Tratado de Prohibición de Pruebas los ensayos son definidos como explosiones detonadas con una diferencia de una décima de segundo entre ellas en un área circular con 2 km de diámetro. Además son numerosas las sospechas de que aparte de los ensayos oficiales existen otros que no han sido reconocidos. En este sentido, científicos norteamericanos detectaron una explosión nuclear equivalente a 3.000 toneladas de TNT en el Océano Índico, frente a la costa sudafricana el 22 de septiembre de 1979. Tanto las autoridades de Israel como las de la República Sudáfricana desmintieron las informaciones que les acusaban de haber realizado la prueba nuclear, de ser ciertas uno de ellos se convertiría en la octava nación con capacidad de construir armamento nuclear. Se estima que los ensayos efectuados de manera aérea, terrestre, submarina o subterránea han liberado más de 500 megatones (un megatón equivale a un millón de toneladas TNT), y se calcula que las radiaciones resultantes de las explosiones nucleares realizada en la atmósfera pueden ser responsables de la muerte de 3,4 millones de personas en todo el mundo. Hiroshima y Nagasaki son las dos únicas urbes del mundo que han sufrido explosiones atómicas el 6 y el 9 de agosto de 1945, provocando alrededor de 200.000 muertos. A partir de la década de los sesenta los esfuerzos de la comunidad internacional se encaminaron a constituir acuerdos que evitaran la proliferación de armas nucleares en todos sus aspectos. El 5 de agosto de 1963 Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Soviética aprobaron el Tratado de Suspensión Parcial de pruebas nucleares (Nuclear Test-Ban Treaty), que prohibía los ensayos atmosféricos y submarinos. China y Francia no lo firmaron y acusaron a los países firmantes de haber perfeccionado los ensayos subterráneos de tal modo que podían suspender los atmosféricos. De hecho cuando Francia y China adquirieron esa misma capacidad también participaron del tratado. El 15 de septiembre de 1965 se configuró en Nueva York el Tratado de No Proliferación Nuclear, vigente desde el 5 de marzo de 1970, con la finalidad de moderar la carrera cualitativa de armamentos atómicos. En la década de los noventa se suscribieron nuevos acuerdos para poner fin a la expansión nuclear: el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), firmado el 14 de junio de 1995 por todas las fuerzas nucleares excepto India y el Tratado para la Prohibición Total de Pruebas Nucleares (CTBT), aprobado en septiembre de 1996 por la ONU, que suspendía cualquier tipo de explosiones experimentales atómicas. Este último no ha entrado en vigor al no ser ratificado por todos los países que tienen capacidad para desarrollar un programa nuclear. Sin embargo países como China y Francia insistieron en mantener los ensayos subterráneos tradicionales a fin de miniaturizar sus arsenales y adquirir una capacidad de simulación por computadora. Las últimas pruebas nucleares realizadas hasta el momento correspondieron a India y Pakistán en mayo de 1998. Los riesgos de guerra nuclear limitada en el subcontinente asiático fueron percibidos por la comunidad internacional con preocupación. El cese de las pruebas explosivas contribuirá a la reducción de los arsenales y evitará la posibilidad de que aumente el número de países con armamento atómico. Sin embargo las naciones menos avanzadas tecnológicamente denuncian que las naciones que han desarrollado cierta capacidad nuclear tratan de prohibirla al resto mediante tratados multilaterales. La nueva estrategia de las potencias atómicas consistiría en asegurar la fiabilidad del arsenal nuclear mediante pruebas para posibilitar posteriormente la continuación de los experimentos en laboratorio con técnicas de simulación. La evidencia es que a pesar del desarme parcial ruso-americano, ambos mantienen sendos programas de desarrollo y renovación de sus arsenales nucleares. Por otra parte los tratados internacionales sólo han tenido un éxito limitado.
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