Esta es la versión para imprimir de Don Álvaro o La fuerza del sino.Si imprimes esta página, o eliges la opción de Vista preliminar de impresión en tu navegador, verás que desaparecen este cuadro, los ...
Curso de Mitologíade AnónimoNota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original. LA GUERRA DE TROYA.El sitio y la destruccion de aquella capital del pequeño imperio de Príamo, hubieran ...
El condenado por desconfiado Jornada IIde Tirso de Molina Sala en casa de ANARETO. Una puerta de alcoba en el fondo, con las cortinas echadas. ENRICO ¡Valgate el diablo el ...
Grandes esperanzasde Charles Dickens Capítulo VIIILa vivienda del señor Pumblechook, en la calle Alta de la ciudad, tenía un carácter farináceo e impregnado de pimienta, según debían ser las ...
Séame permitido anticipar un comentario nombrando a una notoria personalidad que irrumpe por dónde hasta los ángeles del Doctor Angélico podrían tener temor de transitar. Hace algún tiempo escribí un ...
Romeo y Julietade William Shakespeare I - Entran MERCUCIO, BENVOLIO y sus criados.BENVOLIO:Te lo ruego buen Mercucio, vámonos.Hace calor , los Capuletos han salidoy, si los encontramos, tendremos ...
Los tres mosqueterosEn Franciade Alejandro Dumas (padre) El primer temor del rey de Inglaterra, Carlos I, al enterarse de esta muerte, fue que una noticia terrible desalentase a los rochelleses; trató ...
Capítulo VI& 160;06Pág. 06 de 28El médico rural- Primera parteFelipe TrigoA principios de noviembre seguía haciendo un calor como en agosto. Los aldeanos, ya bien acabados sus trabajos de las viñas ...
Luchana& 160;: 16de Benito Pérez Galdós Seguramente no se equivocaba la ni& 241;a al pensar que gente mejor que aquella no exist& 237;a en el mundo. & 161;Qu& 233; diferencia de Jacoba No pod& 237;a ...
nonePág. 065 de 97La lucha por la vida I Tercera partePío BarojaEl hombre, en el último grado de exasperación, comenzó a perseguirfrenético a los chicos; un grupo de golfos y de vendedores de ...
Grito de gloria& 160;: 31de Eduardo Acevedo Díaz Los orientales ten& 237;an una peque& 241;a pieza de monta& 241;a de calibre de a cuatro, que arrastraban por delante con mucho garbo, y con la cual ...
Los cuatro jinetes del Apocalipsisde Vicente Blasco Ibáñez Tercera ParteV - Campos de MuerteIba avanzando el autom& 243;vil lentamente, bajo el cielo l& 237;vido de una ma& 241;ana de invierno. ...
La de los tristes destinos Capítulo XXXII de Benito Pérez Galdós «Cálmate... repara con quién hablas -le dijo Tarfe gravemente-. Disculpo tus inconveniencias, reconociendo tu ofuscación... Yo no ...
Cristóbal Colón mira la placa verdosa y reverberante que se dilata alrededor del bajel. Sus ojos alucinados por la espera rebotan entre el acero del mar y la mica transparente del cielo. Los marineros ...
Trafalgar& 160;: 14de Benito Pérez Galdós Buena parte de la noche se pas& 243; con la relaci& 243;n de Malespina y de otros oficiales. El inter& 233;s de aquellas narraciones me mantuvo despierto y t ...
Trafalgar& 160;: 15de Benito Pérez Galdós & 171;Hemos salido de Guatemala para entrar en Guatepeor -dijo Marcial cuando le pusieron sobre cubierta-. Pero donde manda capit& 225;n no manda marinero ...
Esta es la versión para imprimir de La gran sultana.Si imprimes esta página, o eliges la opción de Vista preliminar de impresión en tu navegador, verás que desaparecen este cuadro, los encabezados y l ...
Luchana& 160;: 26de Benito Pérez Galdós No desalent& 243; a los bilba& 237;nos la p& 233;rdida de los fuertes de Banderas, Capuchinos, San Mam& 233;s, Burce& 241;a y Luchana; antes bien, creci& 233; ...
La Argentina Canto decimoquinto En este canto se trata de las crueles y terribles muertes que los indios daban a los cristianos cautivosde Martín del Barco Centenera De aquello que una vez se hubo ...
Aita Tettauende Benito Pérez Galdós Segunda parte - Capítulo VILos que vieron partir a los escuadrones para aquel lance de inaudito arrojo, creyeron que no volverían. Volvieron, sí, enteros, trayendo ...
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